Historia

El teff es un cereal poco conocido en nuestra cultura gastronómica, pero en la dieta africana se lleva utilizando desde hace más de cinco mil años. Se trata de un grano pequeño y se ha demostrado que ya lo cultivaban antiguas civilizaciones e incluso lo utilizaban los faraones egipcios (Stallenecht, 1993). Desde hace más de dos décadas este cereal ha comenzado a resurgir y es ahora que se están descubriendo todas las ventajas que tiene esta semilla tan pequeña tanto en el campo agronómico como nutricional. El Teff es un cereal muy manejable por lo que se utiliza también en todo tipo de productos de panadería, bebidas, ingredientes y salsas. Asimismo, se utiliza el grano y la paja para alimentación del ganado.

El Teff en Europa entra de la mano de un grupo de holandeses, que vieron la necesidad de introducir este cereal para alimentar a una población etíope asentada en Holanda. Entre esta población estaba el fondista Haile Gebrselassie, premio príncipe de Asturias del deporte en 2011, y defensor acérrimo de este cereal.

Hace algunos años que el cultivo de Teff llegó a España siendo Palencia la primera provincia donde se cultivó, ya que por casualidad del destino uno de los promotores del Teff en España tenía su familia asentada en tierras castellanas. Aunque en España no ha sido una tarea fácil, porque el tiempo no acompañaba y el manejo del cultivo variaba según las zonas de cultivo, por fin puede decirse que podemos consumir Teff «made in Spain».

Las investigaciones que se están llevando a cabo están encaminadas al estudio de sus propiedades para su empleo como alimento tecnológico y al estudio de sus propiedades orientadas al campo de la salud a través de la alimentación, sin dejar de lado las experimentaciones que se están llevando a cabo sobre el cultivo en las distintas regiones españolas.